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El mundo está lleno de misterios. Misterios hermosos que podemos contemplar por horas y horas. Si pudieras ver cada detalle del mundo ¿qué te gustaría ver primero? ¿qué es lo que llama más tu atención? ¿Pensaste alguna vez la infinita cantidad de cosas que podrías detenerte a observar?
La Torá detalla la historia de la creación del mundo, el relato de Briat HaOlam. La creación del cielo, las aguas, los animales, las plantas, y también del ser humano, podemos leerla en el primer libro de la Torá, Bereshit.
En el principio, Dios creó la luz y la separó de la oscuridad, y así diferenció el día de la noche. ¡Te imaginas qué raro era el mundo sin el día y la noche!
El segundo día, creó el cielo, la tierra y el agua.
El tercer día, notó que la tierra estaba vacía y entonces creó las plantas: arbustos y todo tipo de árboles, cada uno con sus semillas y sus frutos.
El cuarto día, viendo el cielo vacío, creó la luna, el sol y las estrellas… ¡Qué lindo es mirar las estrellas de noche, tratar de contarlas se vuelve imposible!
Durante el quinto día, Dios se dió cuenta de que faltaba algo de vida en su creación y creó
las aves en el cielo y los peces en el mar. ¿Alguna vez te detuviste a mirar el cielo y sus pájaros? ¿Y el agua y sus peces?
El sexto día Dios continuó creando más vida en la tierra poblándola con animales y personas: Adám, el primer hombre, y Javá, la primera mujer.
Y así fue, como el séptimo día, Dios contempló todo su trabajo y creó el descanso, el Shabat. El séptimo día Dios descansó y ordenó que en el año que fuera, en la era que fuera, el séptimo día sería de descanso para todos los seres de la tierra.
Ahora que ya sabes qué se creó en cada día de la creación del mundo, ¿te animas a descubrir cuál de las siguientes imágenes es la que se diferencia del resto?